martes, 16 de junio de 2009

Recordándote...


De nuevo te he mirado al atardecer
allá en el horizonte.

He visto como suavemente
las montañas se han ruborizado
al contacto de los rayos del sol que la acarician,
he visto iluminada cada sima y cada cresta,
y han llegado a mí recuerdos tuyos.

Recuerdo aquella tarde amor
y tus mejillas encendidas,
tu piel dorada bella como cielo en celo,
y tu calma amor,
y el silencio con el que te entregabas
tiernamente al deseo.

Recuerdo el brillo de tus bellos ojos verdes
en donde vi mi rostro afanoso de tenerte,
y tus labios que con besos me pedían calma.

Recordé en silencio tus resuellos
y cerré los ojos, y en mi mente vi
de nuevo en el suelo cada prenda de tu ropa,
y sentí el aroma de tu amor con sexo,
la caricia que tatuaste en mi piel con fuego,
tu risa, y tu brazo que pasaste por mi hombro
para imponerle al amor más calma.

Y escuché de nuevo en mi pecho
el roce tibio de tu aliento,
y sentí tus besos y tu amor, amor,
y el centelleo de las chispas que volaban
de tu cuerpo y del mío.

Y el brillo que cegó mis ojos cuando
estallamos fragmentados en estrellas
y quedamos juntos, mudos,
fijos adorando esa tarde,
esas sabanas humedecidas de ternura,
esa cama que sirvió para saber
que tú amor, eres tanto como lo es el sol
en las montañas cuando acaricia
delicadamente al horizonte.

Due® 20 marzo 09

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