viernes, 21 de agosto de 2009

Costumbre…


Era tanto el ruido
que me hacia en el alma tu silencio
que terminé acostumbrándome
a recordarte al escuchar el estruendo
que hacia al estrellarse
el cielo con la caída de la noche,

en el tic tac imaginario del reloj
al que el tiempo le crucificó las manecillas
justo a las diez y diez de mis mañanas,
en tu risa que aún escucho como melodía,
en la ausencia de tus pasos,

en el murmullo de ese levantar telones
en cada alborada, en el llanto de la ducha
que enjuagaba el de mi rostro y sonaba a tormenta,
en el ruido de mis ojos cuando a medio desayuno
le hago misa de muerto a tus flores del florero,

en el crepitar del papel de la poesía
que te escribí en mi delirio cuando
la convierto en aviones que planean
nunca mas de once segundos
hacia el rumbo invariable de la chimenea,

en lo que canta la habitación vacía,
en los sueños que repito cada noche
en donde dices –no te apures corazón,
cumpliremos lo soñado-, en el ruido de mi alma,
en lo mío, en lo que era tuyo y se quedó conmigo,
en el silencio, en la costumbre del silencio…


Due® 22agosto09

jueves, 20 de agosto de 2009

Un juego


En esta distancia-tiempo
se nos han ido escurriendo cosas,


es como si estuvieras ocultándote
atrás de la cortina de la sala en el juego
esperanzado de saber que estás ahí,
que no te has ido,

y enredarme cómplice de la esperanza
para llamarte por tu nombre,
y decirte –sal amor, ésta vez tú has ganado-,
y gritar que no te encuentro y seguir
el juego hasta sentir que cae la noche,

y sentarme a descubrir tu paradero
entre versos que me invento
al escuchar atrás de la ventana
el sutil silencio de la luna
que se asoma a ver a que jugamos,

y creer que no te has ido,
que de un momento a otro abrirás
la puerta y como si no pasara nada
entre bromas y sonrisas me preguntaras
–¿qué estás haciendo?-

y decirte amor que estoy aquí
escribiéndome la vida para no olvidarte,
y ocultar de tu mirada el reloj
al que el tiempo le crucificó las manecillas
a las diez y diez de mis mañanas,

delirar de nuevo y saber que no te has ido,
sentirte aquí a mi lado mirándome a los ojos
y acariciándome las manos,
y creer amor, que todo ha sido un juego…

Due® 21agosto09

miércoles, 19 de agosto de 2009

De nuevo…


... abrí los ojos y a mi lado no estabas tú ni nadie,
ni tu aroma que me inventaba cada madrugada,
ni la nota en el buró que yo escribí
en mis delirios para exonerarte
de la culpa de tu cruel partida.

Ardí en furia corazón,
tomé papel y lápiz
y te escribí un hermoso verso
que se ahogó en la sal de mi alma,
te escribí otro y otro y todos se ahogaron,
y me sentí sin mí, sin ti, sin nadie,
y la rabia de sentirme tan ausente
se escurrió por mis mejillas
como espuma de los mares
que un día describiste como maravillas
y te fuiste sin pensarme a buscarles.

Y creí que no podía esperarte más amor,
tomé el altero de poesía que a tu nombre
le di vida; estaba arto de desayunarme pan
de otro día y café que no olía a tu compañía,
abrasé el horno con mis letras
y con esa pinche furia contenida
arroje mis sentimientos… y llegó la calma,
ardí en delirio y te olí de nuevo,
te amasé nueva poesía,
y entre el crepitar del fuego y letras
te cosí de nuevo pan del día,
desperté distinto y esperé de nuevo,
y escuché tu risa,
me regresó tu aliento y te ame de nuevo…

Due ® 20agosto09

martes, 18 de agosto de 2009

Al final de amarnos…


A una cuarta de mi mano
y no te toco,
cuento tus respiraciones y me ajusto a ellas,
tú a mi lado y te hablo muy quedito como rezo;
hablo de las líneas de tu espalda
cual si fuera el horizonte de la media tarde
como inventando nuevas sensaciones
para luego explorarlas,
del color de tu cabello que se escurre
como miel dorada endulzándote los hombros,
y te miro, te acaricio con la vista,
respiro el aire que respiras
y entonces aprendo el sabor completo
del amor enamorado,

tú en silencio reposas lo que el cuerpo
pide al final de amarnos con la carne,
te miro y se notan fuegos de artificio
que traspasan tus parpados cerrados
mientras cambias los embates
aún de tu respiración entrecortada
en suspiros que me llegan como besos,
tú a mi lado,
a una cuarta de mi mano y no te toco,
te miro y te respeto el tiempo
justo que le falta para despertar a tu conciencia
embebida en festejar nuestro orgasmo,
yo a tu lado, te acaricio con la vista
y sigo satisfecho y plenamente enamorado;
respetándote tu tiempo, festejando el amarnos.



Due® 3julio09

domingo, 16 de agosto de 2009

Al garete…


En qué cambian las cosas,
en qué cambia el sentido
si hablo suave
o de plano pego un grito,
no estás, no contestas,
no sé si me lees o mis cartas
se ahogan naufragas ahí en la nada,

he seguido tu aroma a otras playas,
me he embarcado en treinta y cuatro barcos
de papel que miden casi la mitad de la poesía
que en tu ausencia te he escrito,

he zarpado de mañana y de la mano de la noche,
he dejado al garete alma, velas, y timón
mientras te busco en lo alto del carajo,
nada nuevo, no te encuentro,
puro mar en calma que de bravo
me desmadra la esperanza,

me ha guiñado el ojo otra empresa
y yo sigo tras tu rastro,
tras tu aroma. Pasa el tiempo
y tú en la mente te me estas borrando,
es por ello que ando con urgencia en busca de tu alma;
en busca de lo verde de tus ojos,
escarbando en las playas en busca de los tres lunares
que en tu pecho brillan cual luceros…

-Nada mi alma-, no encuentro nada,
ni tu cuerpo ahogándose en ajenas y vacías promesas,
ni respuesta a mis cartas ni a las oraciones
donde siempre doy las gracias por haberte conocido,
hablo suave, grito y miento madres,
y no cambia nada, yo te amo,
tú en tu autoexilio disipándote de dudas,
yo buscándote -tú lo sabes-
y aquí en mi corazón no cambia nada…

Due® 16agosto 09

lunes, 10 de agosto de 2009

Fidelidad…


Te he escrito amor,
no he dejado el hábito de amarte,
lo hago como disciplina para conservarte
al lado de la fe que siempre te he tenido.
Y mira corazón;
de loco tengo todo, de tonto no amor,
bien supe al conocerte
que no eras de amores largos,
que no te embelesaba la poesía
y que el viento en tus mejillas
siempre era viento
y que por amarme de momento
me contabas que sabia a mi aliento.

Eso no importa vida mía,
no creo en coincidencias, tú lo sabes,
te amo desde antes de tenerte,
desde antes de mirar en tus pupilas
que ya se te estaba haciendo tarde,
desde antes de saber que para ti
en tu camino mi amor sólo seria un remanso.

Te amo amor por despertar
en mi molécula de sentimiento
que tenían casi un siglo de estar durmiendo;
y hablo de lo bello de sentirte al tenerte
y del dolor que me dejaste con tu huida.
Hacia tanto tiempo que sabía
que jamás regresarías,
casi tanto como el tiempo que pasaba
sin sentirme tan humano.

Sé que esto que te escribo, si acaso es leído,
quedara archivado en el olvido.
Eso no importa corazón,
te escribo porque regresaste
a mi vida el compromiso enorme
de sentir de nuevo total fidelidad;
te la tengo amor,
y con todo lo que a tu paso me dejaste,
ahora, otra vez, se la tengo a la vida.

Due® 10agosto09

Chocolate


Y me llega de tu mano una misiva,
unas cuantas líneas donde cuentas
que allá bajo tu cielo llueve a raudales,
y que la lluvia te gusta más ahora
que cuando estabas a mi lado,
que te sientes todo el día
con apetito de sonrisa y que cada
gota la estas guardado
para cuando sientas hambre,

y de momento me sonrió,
te leo y así me siento alegre,
te imagino bajo aquel fuerte torrente
y me recuerdo cuando fui a buscarte
y se rompieron bajo el agua mis zapatos,

termino de leerte,
y siento fuego en la sangre
-de mi no dices nada-
y un agujero se abre para mi alma
y me duele de verdad,
me duele el alma que termines
esas cortas líneas diciéndome
que llueve chocolate,

y no lo dices corazón,
no lo escribes y entre líneas
comprendo la razón
de que ahora disfrutes de la lluvia,

me ha gustado tu metáfora sonriente,
a ti nunca te gusto el chocolate
y ahora guardas lluvia para el hambre,
ha de ser que allá en tu playa
encontraste compañía,
me gusta que sonrías,
creo que ahora odio el chocolate…


Due® 10agosto09

miércoles, 5 de agosto de 2009

Podría decirte ...


Que tu partida quemó mis alas,
que con tu ultima carta me hice un velero,
que me subí en él y que con un suspiro icé las velas
y navegué todo tu mar en calma
en donde ya de costumbre solía ahogarme.

Que seguí tu rastro
y que al pisar tus playas no vi nada nuevo,
que me senté en ellas a escribirte
que el horizonte viaja en los ojos de uno;
que sólo es una dirección y nunca un destino.
y que la brisa olía a mares antiguos
y sus cielos no son reinos de redimidos,
que la luna cada veintiocho días
es la sonrisa de amantes cínicamente eternos.

Y que al saber que allá nadie te había mirado
me dio tristeza entender
que tu búsqueda no ha terminado,
y que de tanta melancolía
he soñado que yo también he partido;
que me encandile de faroles y candilejas,
que aprendí de sextantes, mapas, brújulas
y relojes de arena y que el carajo en un barco
no queda tan lejos como pensamos.

Que para verde el de tus ojos y manzanilla tu aliento,
que sentado al filo de la banqueta te espero,
que tu partida quemó mis versos
en los cuales te envío
con señales de humo mi paradero
para halagarte con tinta de marinero,
a ver si tu norte se mueve y regresas más pronto.

Y que podría en sueños decir que te amo,
y repetirlo despierto a tu oído
y seguir y seguir con la espera he inventarte de nuevo,
o decirte amor que podría callarme
y sentarme en silencio a escribir tu poesía de nuevo…


Due® 5agosto09