sábado, 7 de noviembre de 2009

Como en sueño…

¿Dices que no recuerdas esa tarde?.
Hasta tu olvido después de olvidarme me gusta,
me mueves cual tibio viento a la rama,
agitas las hojas de mis recuerdos
y reescribes en las hojas del diario
de nuestra historia un capitulo mas
que parece de cuento,
y con ello amor tu olvido se aleja,
se olvida y me acerca a tí,
lo quieras, lo sientas o no.

Fue un viernes,
pero lo mismo hubiera sido en lunes,
o un domingo a la hora de la misa del medio día,
con el alma tranquila o incendiando pecados.

Éramos tú y yo a media tarde,
a media luz,
con media cama vacía
y tu cuerpo y el mío atrapados en piernas,
brazos y labios,
compartiendo sentires,
midiendo entre pieles
la distancia que necesita un suspiró
para circular libremente
y no perecer atrapado entre sudores,
amores y cuerpos.

Eras tú preguntando con la mirada
donde está el piso,
qué fue del techo,
de dónde salio el calido viento,
porqué la humedad,
porqué te detienes,
qué mas me das,
qué es lo que tienes
y sintiendo de mí en la piel los calores
que al arcoiris le faltan.

Era yo respondiendo con besos,
repartiendo en tu talle caricias,
mimando tu aliento,
empeñando en tu piel y tu alma la vida,
mi amor,
la promesa que soy,
y regresándote en calma tu alma,
mirándote, amándote.

¿no lo recuerdas?,
no te preocupes,
cuando te llegue a la conciencia la calma,
lo recordaras en un sueño
y como en sueño me sentirás nuevamente
y al despertar dirás firmemente
que lo sientes amor,
pues como de un sueño
habrás despertado
y yo no estaré ahí...

Due® 7nov09