miércoles, 5 de agosto de 2009

Podría decirte ...


Que tu partida quemó mis alas,
que con tu ultima carta me hice un velero,
que me subí en él y que con un suspiro icé las velas
y navegué todo tu mar en calma
en donde ya de costumbre solía ahogarme.

Que seguí tu rastro
y que al pisar tus playas no vi nada nuevo,
que me senté en ellas a escribirte
que el horizonte viaja en los ojos de uno;
que sólo es una dirección y nunca un destino.
y que la brisa olía a mares antiguos
y sus cielos no son reinos de redimidos,
que la luna cada veintiocho días
es la sonrisa de amantes cínicamente eternos.

Y que al saber que allá nadie te había mirado
me dio tristeza entender
que tu búsqueda no ha terminado,
y que de tanta melancolía
he soñado que yo también he partido;
que me encandile de faroles y candilejas,
que aprendí de sextantes, mapas, brújulas
y relojes de arena y que el carajo en un barco
no queda tan lejos como pensamos.

Que para verde el de tus ojos y manzanilla tu aliento,
que sentado al filo de la banqueta te espero,
que tu partida quemó mis versos
en los cuales te envío
con señales de humo mi paradero
para halagarte con tinta de marinero,
a ver si tu norte se mueve y regresas más pronto.

Y que podría en sueños decir que te amo,
y repetirlo despierto a tu oído
y seguir y seguir con la espera he inventarte de nuevo,
o decirte amor que podría callarme
y sentarme en silencio a escribir tu poesía de nuevo…


Due® 5agosto09

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