lunes, 29 de junio de 2009

Desayunándote…


Que bellas mariposas me dejabas navegado
en la boca del estomago,
que bella era esa forma en la que se trastocaban
en avispas locas – y amor, picaban, vaya que picaban-
cuando te ausentabas a tus obligaciones.

La idea de mi corazón era amarte,
vi tu luz y me encandile del brillo de tu alma.

La acción fue el cambiar el mal hábito del desayuno
que acostumbraba antes de ti con café y tostadas,
para sentirte en mí con el cambio de lo bueno
y nuevo del aroma de la fruta y la infusión de manzanilla.
Poco cambio es cierto, pero muy enamorado.

No lo sabes corazón, nunca te lo dije, pero en tus ausencias,
esas que se daban cuando te ibas cumplir lo que era sólo tuyo,
leía en voz alta,
leía de fantásticas novelas y escribía a tu corazón poesía,
practicaba amor,
sentía que mi voz llegaba a tu lejanía,
creía que cuando en mis brazos estuvieras,
leería con mucho mas soltura embelesando tu mirada.

Tu mirada amor, nunca hicimos el amor a oscuras,
la habitación en verde-luz como tus ojos
en cada beso se iluminaba
¿lo recuerdas?,
dilo por favor,
no me dejes con la duda,
no me digas que sólo era mi imaginación tan desbordada.

Y ahora corazón, ahora que ya no regresas,
ahora que te has quedado a cumplir con lo tangible,
ya no hay mariposas, sólo avispas
que no pican pero que aún revolotean,
te recuerdan y suben y bajan del estomago a la garganta,
creo amor, que vuelan atraídas por tu labios que imagino,
el aroma de mi amor, y las frutas cada día por la mañana .

Due® 28Junio09

2 comentarios:

Eduardo Roberto dijo...

me gustan tus versos sueltos no atados por ninguna necesidad de metrica que a veces mata la inspiracion y sin embargo es musical esta bella poesia, muy buena.

Poesía para olvidar dijo...

el verso libre, por ser libre tiende a llenar con mas sencilles los espacios que le quedan por ahì sueltos al lector.

saludos