sábado, 10 de octubre de 2009

Dos palabras..

Te las he escrito once veces en mis versos,
en la pared de una callejuela
que alguien se atrevió a borrar
y regrese a media luna
a grafitear en rojo-corazón,

en un libro de poemas
que compré en una plaza
en donde digamos que nunca estuviste
y obscenos los poetas no te las escribieron
tal vez porque no conocen de gramática amorosa,

en la piedra de asfalto
que solía colgarme del pescuezo
pero que guarde en la valija de mi vida
porque ya me irritaba,

en tu alma con cariño mientras con paciencia planeabas tu partida,
en la campana de la catedral de una ciudad extraña
después de darle once campanadas
-una detención y doce días de arresto
y diez más por escribirlo ahí adentro-

en el aire amor,
en el aire donde aprendí a escribirte
con señales de humo para que el viento
cuando fuera amable
en un susurro te leyera junto al corazón,

con los pies en una playa de arenas blancas y marea baja,
al reverso de un telegrama amarillo
que levanté del piso porque se moría de frío,

en la etiqueta del tintero con las últimas dos gotas de la tinta,

en la parte de mi cuerpo
donde se quedó grabada tu ultima caricia,
en un diario a media nota roja y en el diario de mis días,
en lo que vivimos, atrás de la puerta de ropero,
en el disco duro
y en lo duro que me sabe que lo sepas y no vuelvas,

en sólo once de mis versos y todo esto que te digo
porque siempre hasta ahora he creído
que las palabras a las que se les da rienda sin sentido
se cansan o desgastan y quise ahorrarlas
para que ahora que sientes que menos lo mereces
sepas que aquí las tienes corazón.

Due® 10oct09

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